Esta fué mi primera parada después de enlazar con un vuelo interno desde Mumbay. Me sorprendió muchísimo la pobreza del lugar y la suciedad, sobretodo en los mercados.

Un dia lluvioso puede quedar todo enfangado y llenaros de barro hasta los codos. Los mercaderes tiran los sobrantes al final del mercado, unos encima de otros, pudriéndose lentamente, no apto para olfatos sensibles, al igual que los mercados de carne o pescado, donde cortan el género directamente en el suelo. En los mercados cubiertos las palomas viven en el techo, dejando el suelo poco apto para cualquier actividad.
 

Hay varios barrios en Calcuta donde las casas están construidas con desechos, esta es otra visita poco aconsejable para personas sensibles.
 

Son muchos los extranjeros aquí que trabajan como voluntariado para ayudar a las personas enfermas. La Madre Teresa, una Santa, es venerada en Calcuta, tomó como residencia para su trabajo una de las ciudades más necesitadas de la India.
 

Recuerdo una experiencia que me sorprendió bastante. Fuí a comer a un restaurante que me recomendaron y la comida estaba buena, lo que me enfermó es ver como recogían mi plato y lo lavaban en el riachuelo de agua podrida de la acera mientras las ratas se paseaban por ella. Enfermé durante dos días, pero nada grave, un poco de fiebre y la diarrea de costumbre.
 

Bastante gente viene a hacer negocio, sobretodo por las telas, la mano de obra es barata y el género tirado de precio. Nos podemos dirigir a cualquier venta de telas, te toman las medidas y al dia siguiente o en unas horas tienes unos pantalones a tu gusto y con el tejido que prefieras.
 

Calcuta vale la pena visitarla porque es una ciudad vibrante, la gente hace su vida en la calle y es imposible aburrirse. Podéis ver todas las imágenes a pantalla completa en el apartado de Fotografías.