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Vidas metálicas ( Kyrgyzstan )


El metal está presente en las vidas de sus ciudadanos por muchas razones, entre ellas la inmediatez de su instalación, mucho más rápido que construir una casa por ejemplo, otra razón es la económica, es mucho más barato que construir una casa. Otra razón es el espacio, los contenedores de metal, que son de forma rectangular, se combinan entre ellos con mucha facilidad, aprovechando el espacio.


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La movilidad juega un papel importante en la elección de este tipo de estructuras por una parte de la sociedad, sobretodo mercaderes. Los contenedores se pueden mover fácilmente, un negocio a cuestas. Algunos utilizan la propia furgoneta o camión como despensa y tienda, “ un contenedor motorizado “.

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La mayoría de los grandes bazares están construidos agolpando centenares de contenedores en varios pisos de altura, el más grande del país es el bazaar de Dordoi, en la capital Bishkek, los contenedores se unen uno al lado del otro, casi sin espacios, de manera que todos los comerciantes tengan cabida. Se puede encontrar casi de todo, forman parte de la nueva ruta de la seda y por donde pasan la mayoría de las mercancías de origen Chino con destino Asiático. Hay otros muchos mercados importantes, como el bazaar de Osh, o el de coches usados Kudai Bergen donde los contenedores están dedicados al despiece de autos.

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Aunque la mayoría de los ciudadanos tienen una vida más que digna, especialmente en la capital Bishkek (con un estilo de vida occidental ), hay gente que no tiene más remedio que vivir “de forma temporal” en algunos vagones de tren desechados, la mayoría de las veces se ven obligados a vivir en estas circunstancias por trabajo. Sus orígenes son nómadas, están acostumbrados a vivir temporalmente en varias residencias.
Se aprovecha cualquier contenedor, recipiente o vehículo como despensa o almacén.

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Me invitaron a tomar el té en uno de los vagones metálicos que utilizaban como vivienda en una mina de carbón cerca de la ciudad de Sary-Tash. Rápidamente las teteras se convirtieron en vasos de vidrio y el té en vodka ruso, las 4 mujeres que había dentro, de todas las edades, vaciaron la botella en menos que canta un gallo. Parece que les hacía mucha gracia que un extranjero compartiera un vodka con ellas, y más si hacía tonterías. Al salir del vagón una de las mujeres asomó la cabeza por la ventana y continuaba riendo, con tantas ganas que se le soltó la dentadura postiza y se cayó al exterior, creo que todavía la está buscando.


Podéis ver todas las imágenes a pantalla completa en el apartado de Fotografías.

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